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Realizamos tres pases para algo más de 40 personas cada uno.

Nos acompañaron algunos de los antiguos moradores del Palacio, tales como una doncella, el bibliotecario o el Marqués de Santillana.

Hablamos de la relevancia del monumento y el enorme mensaje de poder que los Mendoza pretendían transmitir. Iniciamos la visita al interior acompañados de la doncella de Palacio, hasta encontrarnos con el bibliotecario y sus libros esparcidos por el suelo. Nos animó a sentirlos a través del olfato y el tacto, e intento que escucháramos las historias que narraban sus paredes. Una de ellas, enigmática e inédita, habla sobre la "Leyenda de los Grifos", que según el librero de Palacio, solamente podría ser narrada por la creadora de la misma.

Describimos para entonces, el conjunto de artesonados o armaduras de madera y los frescos que decoraban las bóvedas de las salas nobles.

Y llegó uno de los momentos más mágicos de la visita, la salida a la galería de los jardines de Palacio y el reencuentro después de tantos siglos con el Marqués de Santillana.

Allí se encontraba el marqués, añorando los tiempos pasados; habló del estanque, de sus cisnes y recitó algunos versos de su libro de poemas “Las Serranillas”. Antes de despedirse, y como conocedor de los secretos de Palacio, me pidió un deseo; que relatará para todos la “Leyenda de los Grifos”, pues soy yo quien hace más de 10 años en una noche de leyendas, la inventó y narró a las gentes de Guadalajara.

Estamos orgullosos de haber colaborado en la difusión de la historia que encierra nuestro Palacio, y formar parte de la carrera hacia su declaración como Patrimonio de la Humanidad.

Nos despedimos de esta aventura y no olvides nunca que:

“Viajar es la mejor manera de aprender a volar; Nosotros ponemos la ruta, tú las alas”